Aquí la hija de la recogida del terremoto de San Juan informa que los "melenas" también van.
¡Cómo vamos a faltar nosotros después de sufrir durante tantos años al tio Bernardo terminándose de una cucharada el bote grande de dulce de leche, y quedándonos todos mirándolo como tontos!. Menudo morro que le echaba. Claro que aprendimos y el bote le llegaba el último, y que raspase lo que pudiese.
En Belesar siempre hay una habitación para su "pequeña siesta"... mientras nosotros jugamos a las cartas, pero no una ni dos partidas, nos da para muchísimo... Y después de la siestecita un cafecita que le prepara la tía Marisol.
Son muchos años mimándolo para ahora dejarlo sólo... con 300 personas?
Besos de Ana, David, David J. y Jacobo
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