Tras diez horas infernales de vuelos e intentos de aterrizaje fallidos, llegué a Santiago a la 1 y 30 de la mañana.
Necesito muchos mimos de familia que pensé que no lo contaba. Habrá que darle primero gracias a Dios, después llenar el maltrecho estómago y después beber para olvidar!!. Sin olvidarnos de bailar y decir ¡Qué bello es vivir!
Espero veros a todos, a los que conozco y a los que no. Para los que no me conocéis soy la que tienen la cara pálida del susto!!.
Muchos besos, Maruxa (nieta nº 2)
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